Fabricando sueños, proyectando emociones.
Conozco un poco a José Manuel. Un poco de su vida, de sus ocupaciones, sus inquietudes y algunas de sus preocupaciones; también de sus sueños. Siempre, me admiró su humanidad y su sensibilidad para captar y transmitir.
Me gusta cerrar los ojos, pienso que ‘fabrico sueños’. Otros, como él, como José Manuel, cuando los abren nos regalan los suyos, sus sueños y emociones… también sus desazones.
Tiene un don especial para crear, para captar lo que observa y tocar en nuestros corazones, porque, al igual que ‘un libro es algo más que una lectura’, una fotografía no es sólo una imagen. En ellas proyecta su mundo interior, sus sentires y, a través de ellas, logra emocionar, provocar un sentimiento. Incluso si éste difiere del que originó la fotografía para su autor.
Porque, en definitiva, de eso se trata, de sentir, de los sentimientos, de los sentidos, de las sensaciones, de la sensibilidad… Proyectar lo que sientes en lo que haces y llegar a emocionar. Aterra a la par que te libera, a veces frustra, otras enorgullece. Vaivenes tratando de esclarecer, que no es otra cosa que arrojar luz allí donde parece que sólo existen sombras, blanco y negro.
Hernández de la Iglesia, Elena (2014). «Lo mejor de la fotografía. Fabricando sueños, proyectando emociones». En Lo mejor de las Autonomías. Madrid: Ducal Ed., nº 116 – Sep/2014, p. 46 y ss.
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